LA PROSTITUCION
DESDE EL PUNTO DE VISTA ETICO
La prostitucion ese oficio tan antiguo, vejado y denostado en todas las culturas, es hoy motivo de debate ante la posible legalización.
Es bien conocido que la prostitución es tan antigua como la humanidad y a pesar de la evolución del ser humano a nivel moral y espiritual, sigue siendo demandada y no parece que vaya a desaparecer y a pesar de no violar los derechos de nadie, sigue sin estar legalizada
Prostituta, no es igual que puta. La prostituta vende su cuerpo (mantiene relaciones sexuales) por dinero, en la mayoría de los casos para cubrir sus necesidades básicas u obligada, y en el resto de los casos, para cubrir sus vicios (caprichos caros o droga).
Sin embargo la puta, es la mujer fácil, que usa su cuerpo por puro vicio y placer manteniendo relaciones sexuales con varios hombres, sin pedir nada a cambio
Muchos somos los que condenamos y despreciamos esta profesión, pero un análisis mas riguroso tal vez no haga comprender que es un mundo donde se sufre un purgatorio que en la mayoría de los casos no se ha escogido voluntariamente y necesita de comprensión, caridad y justicia.
Hay que tener en cuenta que desde el punto de vista ético, es una actividad totalmente legítima. Pues no deja de ser una profesión como cualquier otra en la que dos personas efectúan una transacción voluntaria.
Al no estar legalizada aunque si consentida, muestra claramente los resultados desastrosos de tratar de suprimir una actividad pacífica y voluntaria mediante la ley coactiva (e ilegítima),teniendo unas consecuencias deplorables para el colectivo, pues el abandono institucional, las deja sin derechos ni protección, careciendo de seguridad jurídica y social, ya que no regulan sus derechos ni obligaciones.
Y esto es bastante triste “La gran mayoría de las prostitutas no eligen voluntariamente venderse ni ceder a caprichosas humillaciones. Cada historia es el vivo reflejo de la ausencia de alternativas: el tráfico humano con vistas sexuales, el típico callejón sin salida, el cubrir necesidades propiciadas por la pobreza, el callejón sin salida ante un problema económico o el trágico de la drogodependencia o la interminable lucha por los papeles…”.
La mayoría de ellas trabajan en malas condiciones de seguridad, limpieza, higiene y tranquilidad, Muchas de ellas han sido secuestradas, violadas y forzadas a prostituirse. Y aun así todos las tratamos como apestadas.
Claro que hay categorías dentro del mundo de la prostitucion: El de las niñas pijas, las niñas de papa, que quieren costearse sus caros caprichos o su dependencia de las drogas, las modelos que buscan una salida mas glamorosa, las estrellas de cine televisión que aspiran a costearse su esplendido estatus social. Esta prostitucion de lujo se pasea por los mejores ambientes y con la clientela más selecta. Nada tiene que ver con la prostitucion a nivel de calle o en los burdeles. Ese es otro mundo
El estado no las reconoce, pero las consiente, por eso no puede regular sus derechos y acabar con los abusos ejercidos sobre ellas por los proxenetas.
Lo más urgente, no es acabar con la prostitucion, sino acabar con el tráfico y trata de blancas, porque hay que distinguir entre prostitucion voluntaria y prostitucion coactiva, aplicando la ley con todo su rigor para los que propician esta.
Este colectivo sufre la estigmatización social y la persecución de una actividad lúdica y pacifica, sufriendo el menosprecio y la discriminación que todos conocemos.
Si bien este colectivo provoca una delincuencia asociada, se acabaría con ella si el estado lo reconociese y legalizara, y reconociese la prostitucion como profesión.
Muchas son las historias tristes que sobre las personas que han tenido que recurrir por necesidad o coacción a esta profesión se podrían contar.
Hoy he expresado esta particular opinión después de haber visto la película “yo Puta”, que me produjo una honda impresión que ha hecho cambiar mi punto de vista sobre este colectivo y que hoy se lo dedico a todas ellas, con intención de influir en las conciencias y (sin que ello signifique que lo demos por bueno), sintamos mas comprensión, piedad y generosidad por todas estas personas que sufren este triste destino, porque estoy convencido que jamás la prostitucion será reconocida como una profesión, pues